Esta tarde, participamos en el macrosimulacro conmemorativo de los sismos del 19 de septiembre de 1985 y 2017. Realizamos una ceremonia y uno de nuestros alumnos de prepa, Diego, ofreció un discurso a la comunidad estudiantil:
Compañeros, empatía y solidaridad son palabras que se han mal gastado por hombres y políticos quienes buscan solo las riquezas y poder individual que el cargo les otorga ¿pero son éstos en realidad un reflejo de la sociedad en la que vivimos? En mi mente compañeros no es así.
Eventos como el que vivimos el pasado 19 de septiembre del 2017 son los que reflejan la verdadera naturaleza del mexicano, pues aunque este suceso fue devastador y desmoralizador -tanto en valiosas vidas, como en bienes materiales-, pude observar a una generación de jóvenes mexicanos (criticada y aparentemente sin identidad nacional), siendo conmovida ante el inminente estado de crisis en el que se encontraba el país, tomando así en sus manos la responsabilidad de reconstruir algunas ciudades en ruinas, independientemente de cualquier clase o estrato social, sin importar nada, más que la necesidad de ayudar que arde dentro de cada mexicano, ya fuera levantando escombros o recolectando víveres, o haciendo aportaciones en apariencia irrelevantes pero que juntas y a gran escala conformaron un gran apoyo material, moral y a su vez un enorme cambio del cual todos fuimos responsables.
En lo personal pude observar como el corazón del pueblo mexicano no conoce limitaciones en cuanto al dar y, fui testigo también de como nosotros los jóvenes cargamos sobre nuestros hombros la pesada responsabilidad de transformar a México en un país mejor día a día.
Compañeros seamos conscientes del tiempo histórico en el que vivimos y notemos que el futuro de nuestro país y de las generaciones venideras está en nuestras manos. Conmemoremos a los caídos y afectados por el desastre, pero mantengamos un espíritu de verdadera solidaridad y trabajemos todos los días para ser la mejor versión de nosotros mismos, tanto en lo individual como en lo social y nacional, dando así a conocer la verdadera naturaleza mexicana, la cual es alegre, servicial, solidaria y patriota; hagamos esto compañeros, por el México que todos queremos ver y que nos gustaría que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos disfruten.
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